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jueves, 7 de abril de 2011

SALVADOR SOSTRES CRUZA LA FRONTERA HACIA LO TERRORÍFICO:

No voy a hacer ningún tipo de comentario acerca del escrito del periodista (aunque no está licenciado) Salvador Sostres, que ésta vez se ha puesto en la piel del asesino que mató a su novia embarazada y que después le mostró el cadáver al padre de ésta por videoconferencia ya que dice entender su "dolor" y "desesperación" en su artículo de opinión "Un chico normal".

Salvador Sostres, tertuliano

Una vez más Twitter ha sido el altavoz de la ciudadanía y con sus protestas han logrado que El Mundo lo retire. El Instituto de la Mujer considera de "máxima gravedad" lo ocurrido ya que el polémico comentarista "hace apología de la violencia de género y no basta con su retirada".

Y sin más, "Un chico normal", de Salvador Sostres:

El chico rumano de 21 años que ha estrangulado a su novia embarazada, también rumana, de 19, “era un chico normal”, según han dicho de él sus vecinos y conocidos. “Discutían como cualquier pareja”, ha explicado la madre de la víctima. Después de cometer el crimen –o de presuntamente cometerlo, hasta que no se celebre el juicio- el chaval, horrorizado por lo que había hecho, telefoneó a su padre a Rumanía y le mostró el cadáver de su novia muerta a través de una webcam.

Porque un chico normal de 21 años que está enamorado de su novia embarazada, es normal que pierda el corazón y la cabeza, el sentido y el mundo de vista, si un día llega a casa y su chica le dice que le va a dejar y que además el bebé que espera no es suyo.
Ni puedo justificar ni justifico un asesinato, ni cualquier forma de maltrato tenga consecuencias más leves o más graves. No pienso que haya causas morales que puedan justificar matar a alguien, ni que puedan servir siquiera de atenuantes en el juicio. Digo que a este chico les están presentando como un monstruo y no es verdad. No es un monstruo. Es un chico normal que se rompió por donde todos podríamos rompernos.
Porque hay muchas formas de violencia, y es atroz la violencia que el chico recibió al saber que iban a dejarle y que el niño que creía esperar no era suyo. No te causa la muerte física pero te mata por dentro y aquel día algo de ti muere para siempre. No justifico lo que hizo, ni creo que se pueda justificar, pero no es un monstruo: es un chico normal sometido a la presión de una violencia infinita, una violencia que no por no ser física es menos violenta; un chico que luego tuvo una reacción terrible, inaceptable e inasumible, criminal, y que no sólo terminó con la vida de su novia y la de la criatura que esperaba sino que terminó, en cierto modo, con la suya propia.
Espero que si algún día me sucede algo parecido disponga del temple suficiente para reaccionar quemándome por dentro sin que el incendio queme a nadie más. Pero me reconozco en el dolor del chico, en su hundimiento, en su caída al fondo de sí mismo oyendo las explicaciones de su novia. Me reconozco en su desesperación, muy normal y nada monstruosa: en su herida, en su desgarro. Quiero pensar que no tendría su reacción, como también lo quieres pensar tú. Pero ¿podríamos realmente asegurarlo? Cuando todo nuestro mundo se desmorona de repente, cuando se vuelve frágil y tan vertiginosa la línea entre el ser y el no ser, ¿puedes estar seguro de que conservarías tu serenidad, tu aplomo?, ¿puedes estar seguro de que serías en todo momento plenamente consciente de lo que hicieras?
Que la justicia dicte su sentencia y que sea tan severa como tenga que ser. Ante un asesinato no hay causas morales. Pero este chico no es un monstruo. Es un chico normal disparado al centro de su querer, arrancado a la vez de su novia y de su hijo, sometido a una violencia brutal que al no ser física nunca se considera pero que ahoga y machaca lo mismo que cualquier otra violencia.
Hay muchas formas de violencia. La mayoría de los que escriben y leen sobre sucesos ignoran cómo a veces el amor se convierte en escoria y en desgracia y se abraza desesperadamente a la tragedia.


4 comentarios:

  1. Lo que más me molesta de este personajillo, es como se atreve a juzgar a los demás de una forma tan descarada, preguntándonos si aguantaríamos el temple, o si sabemos con toda seguridad que nosotros no cometeríamos tal acto si nos pasara lo mismo que al chico. Cree que, por ser el tan frágil, tan asqueado de la vida y lo que significa, todos somos como él, que como el papel nos deformamos y arrugamos ante lo adverso. Yo te aseguro, que existimos yo y muchos más, que no nos doblegamos ante las maldades, antes las injusticias, etc... nos mantenemos firmes, nos damos la vuelta, y salimos por la puerta, sin más, sin palabras, sin desesperación. Por eso precisamente ya ni me enfada lo que pueda escribir este columnista infiltrado del mundo. Y si lo viera por la calle, somos muchos los que no te agrederíamos, simplemente miraríamos a otra parte y te ignoraríamos con toda la nobleza que mucha gente puede albergar en su corazón y en su alma. No todos los seres humanos somos tan manejables, perforables y grotescos como tú, querido Sostres.

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  2. no es la primera vez que hace algo así pero si es la primera vez que retiran un artículo suyo.. ya era hora, ¿no?

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  3. Que publique en un diario privado lo entiendo, pero no lo comparto,, pero que este susodicho trabaje como comentarista en Telemadrid me parece denunciable. ¡CON NUESTROS IMPUESTOS NO VAN A PAGAR A ESTE HIJO DE P!

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  4. lo que yo noe tneidno es como dspues de haber dicho todo lo que ha dicho (nacionalismo catalán exagerado, tragedia de Haití...) este subnormal siga teniendo medios en los que expresar su, como tu dices, terrorífica opinión.

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