3D: La ignorancia ya casi puede tocarse.

Nuestra amiga la televisión no para de cambiar con el paso de los años: Primero fue la llegada de los colores a su pantalla, luego el mando a distancia, las pantallas cada vez más grandes y planas, el TDT: ese aparatito mágico que ha traído consigo un gran abanico de posibilidades, nuevos canales, series míticas que ahora podemos ver sin haberlas grabado...e incluso la opción de eliminar cadenas nauseabundas que rinden culto a señores bajitos y reprimidos.

Sin duda alguna, la televisión ha sido uno de los inventos que más ha evolucionado a lo largo de su historia. Ahora nos sorprende con algo que, hasta ahora, sólo podíamos ver en ciertas salas de cine: la programación en tres dimensiones. Varios canales están realizando sus primeras experimentaciones con la tercera dimensión espacial. Pero hay algo realmente sorprendente en este paso de la planicie al espacio en 3D, y son los géneros en los que se ha empezado a probar esta técnica.

Por un lado, podremos apreciar las tres dimensiones en los deportes. ¡Al fin algo bueno en la televisión! Ver a Piqué corriendo sudoroso hacia ti, que Jenson Button se empape en tu salón con el frío champán tras ganar una carrera, o poder sentir más cerca las pelotas de Verdasco (las de tenis), son experiencias que no tienen precio.

Otro de los ámbitos que se pasará a la tercera dimensión es...¡el porno! Esto es muy buena noticia para más de uno (y de una) pero, para los que no lo sea, tranquilos, que no os llegará el lefazo, pues eso por desgracia todavía no está inventado.

Por último, el tercer género que ha dejado entrar al 3D en sus entrañas es el mundo taurino, concretamente, las corridas de toros. Para aquellos para los que la matanza de un animal como principal espectáculo de un país no nos causa nada más allá del asco hacia sus responsables y partícipes, es una difícil tarea tener que ver tal masacre tan cerca de nosotros. No obstante, siempre hay un lado positivo, y es que cuando el toro consiga demostrar su superioridad intelectual y empitone al lerdo vestido de árbol de navidad que le perturba con su capa roja, estaremos ahí para vitorear al animalito y sacar el pañuelo blanco.

Mientras tanto, entre tanta evolución, el Gobierno ha creado un Consejo Estatal de Medios Audiovisuales para garantizar que las emisiones de las cadenas se rijan a las normas éticas de la sociedad, evitar la banalización del medio público y sancionar a aquellos espacios que presenten un ambiente de crispación y enfrentamiento. Pero lo alucinante es que el Ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, asegura que atenderán al "interés general" a la hora de intervenir en las emisiones.

Pues si el interés general se mide en audiencia, me temo que tiene poco que hacer este consejo regulador...a no ser que suprima los documentales, los clásicos del cine o las cadenas temáticas que no sean de deportes. Y es que, ¿a quién no le gustan los ambientes crispados? (Exceptuando a las víctimas, claro está). ¿Quién no ha disfrutado alguna vez viendo programas que se burlan de otros que no cumplen las reglas morales de la sociedad? Y, cómo no...¿Quién no ha dado gracias a la existencia de personajes sin el más mínimo mérito, gracias a los cuales podemos reírnos de los friquis que los imitan o los veneran? Por no hablar de los debates encarnizados acerca de la "telebasura" que todos hemos protagonizado alguna vez.

¡Que no! Que me niego a tener que ver todo el día en televisión animalitos salvajes. Perdón, quería decir los animalitos esos de los documentales, aunque los de Intereconomía también se merecen un documental, ¿acaso no los han hecho sobre Hitler?

Así que espero que el Gobierno no cumpla sus amenazas, de lo contrario, me veo todas las tardes jugando al dominó con mis amigos en la cantina y comentando el estado del tiempo...aunque, al menos, ya no habrá humos asfixiantes en el establecimiento.

En definitiva, a pesar de los avances de "la caja tonta", los españoles seguimos teniendo el mismo mal gusto de siempre, sólo que ahora lo podemos apreciar en alta definición, en 3D y, por supuesto, con una buena cervecita en la mano, hasta que al Zapatero le de por jodernos la marrana. Si ya lo decía yo: con Rajoy esto no pasaría...